Un estudio dirigido por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) demuestra la existencia de secuencias génicas de alérgenos alimentarios, tanto propias como de otros seres vivos, en el genoma de nematodos del género Anisakis.
El trabajo se centra en el estudio genético de dos especies de Anisakis, A. simplex sensu stricto y A. pegreffii, y del híbrido entre ambas, principales responsables de la afección conocida como anisakiasis, caracterizada por manifestaciones agudas de epigastralgia, náuseas, dolor abdominal, diarreas y procesos alérgicos muy severos.
“Las especies estudiadas no son las únicas que tienen alérgenos característicos, las larvas híbridas entre ambas portan su propia batería de alérgenos, aspectos que hasta ahora no habían sido tenidos en consideración y que servirán como marcadores epidemiológicos para evaluar las zonas de incidencia de anisakiasis”, explica el investigador del CSIC Alfonso Navas, del Museo Nacional de Ciencias Naturales, coordinador del estudio.
De los 509 alérgenos de origen alimentario descritos hasta la fecha, correspondientes a hongos, animales y plantas, los investigadores han buscado homólogos en los transcriptomas de las especies analizadas en este estudio. Los resultados muestran, con una semejanza próxima al 100%, 937 secuencias de proteínas correspondientes a 121 alérgenos diferentes.
“Esto podría explicar los casos de sensibilización o reacción cruzada de pacientes de anisakiasis frente a otras fuentes de alérgenos, o de personas que estando tratadas como alérgicos a otros agentes, manifiestan los síntomas a éstos tras estar expuestos a Anisakis. Todo indica que estos nematodos son una bomba alergénica”, añade Navas.
Interés sanitario
La anisakiasis tiene una incidencia notable en la población española y es objeto de gran interés y preocupación tanto en sectores sanitarios como económicos, principalmente en actividades relacionadas con la pesca y la gastronomía. Aunque el pescado infectado con las larvas de este nematodo se congela para matar al parásito, las personas sensibilizadas a Anisakis pueden mostrar síntomas a pesar de que se haya llevado a cabo una correcta congelación.
Este trabajo establece un marco de referencia genómico y proteómico para situar el resto de las 12 especies que en total conforman el género Anisakis, así como otros géneros de nematodos de la familia Anisakidae con interés sanitario y económico para la sociedad. “Ahora tenemos una herramienta que permitirá afinar mucho más en el seguimiento de la enfermedad. Saber qué especies de Anisakis han provocado la reacción, el potencial alergénico de estas y la especie de pescado en la que se encontraban ayudará a tratar las reacciones alérgicas por Anisakis y el papel de estos nematodos en las reacciones cruzadas o en la sensibilización a otros alérgenos”, concluye el investigador.
Fuente: BMC Genomics (2018); doi:10.1186/s12864-018-4970-9