Investigadores de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili y del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili, en colaboración con otros grupos de investigación del estudio PREDIMED, han evaluado la relación entre el consumo de lácteos y el riesgo de aparición de cataratas. Las cataratas no tratadas son una de las principales causas de ceguera al mundo, una patología oftalmológica altamente asociada con el envejecimiento, pero también tiene otros factores que predisponen a un mayor riesgo como son la diabetes, la obesidad y el hábito tabáquico. Algunos factores dietéticos también pueden afectar la formación de cataratas.
Un estudio publicado en 2017 por la Unidad de Nutrición Humana de la URV ya encontró una relación positiva entre el consumo elevado de vitamina K y un menor riesgo de sufrir cataratas. Siguiendo esta línea de investigación, se ha evaluado la asociación con el consumo de los diferentes tipos de productos lácteos. El trabajo, realizado por la investigadora predoctoral Lucia Camacho, y liderato por la investigadora Mònica Bulló y el catedrático Jordi Salas-Salvadó, ha evaluado 5.860 participantes adultos con alto riesgo cardiovascular. Se documentaron un total de 768 cataratas en una media de seguimiento de 5,6 años. Después de analizar los diferentes grupos de lácteos (lácteos totales, leche, yogur desnatado y queso) los resultados demuestran que los individuos con un mayor consumo de yogur desnatado, quienes lo consumían de forma habitual, presentaban un menor riesgo de sufrir cataratas.
Los mecanismos mediante los cuales se produce la formación de las cataratas no están todavía claros, aunque cada vez se muestra mayor evidencia que procesos inflamatorios y oxidativos jugarían un importante rol. Ya que la dieta puede ser capaz de modular estos procesos, el consumo de ciertos alimentos podría estar asociado. Los productos lácteos son naturalmente ricos en proteínas y micronutrientes importantes para la salud como el calcio, magnesio, fósforo y vitaminas A y B12; además de presentar un perfil particular de hidratos de carbono y grasas. Esta matriz saludable que presenta este grupo de alimentos parece ser la responsable de estos beneficios opuestos. Estudios previos han demostrado además que incluir estos productos en un patrón de dieta saludable lleva a mejoras en la salud como disminuir el riesgo de aparición de enfermedades como diabetes tipo 2 y síndrome metabólico.
Fuente: European Journal of Nutrition (2018); doi:10.1007/s00394-018-1647-8