Científicos de la Universidad de Málaga –integrados en el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA)–, en colaboración con expertos del Instituto de la Grasa (CSIC), han demostrado que el consumo diario de hidroxitirosol, un polifenol presente en el aceite de oliva virgen extra, minimiza o incluso podría evitar los problemas vasculares vinculados a la diabetes mellitus.
Los ensayos se han comprobado en ratas a las que se las había inducido esta patología. La novedad de este estudio, publicado en el Journal of Nutritional Biochemistry, radica en comprobar que la ingesta continua de hidroxitirosol en dosis bajas, entre 0,5 y 2,5 miligramos, es suficiente para que se produzca una disminución de la inflamación vascular o vasculopatías vinculada a la enfermedad.
Esta sustancia se puede ingerir a través del aceite de oliva virgen extra. Para apreciar los beneficios es necesario tomarlo en crudo y en cantidades diarias de entre 30 y 40 mililitros, lo que equivale a unas 3 cucharadas soperas aproximadamente.
“La clave para aminorar o evitar la aparición de la enfermedad vascular diabética es aplicar este componente desde que se diagnostica la patología, ya que no se trata de que los síntomas se puedan revertir una vez producidos, sino aminorar y provocar que la progresión sea menor”, explica José Antonio González-Correa, uno de los investigadores responsables del estudio de la Universidad de Málaga.
El hidroxitirosol es un tipo de compuesto fenólico con elevada capacidad antioxidante, que se encuentra de forma natural en el aceite de oliva y la aceituna. Estudios anteriores apuntan que posee diversos efectos biológicos, entre los que destacan el descenso en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, la prevención frente a la aparición de ciertos de tipos de cáncer, así como propiedades antiinflamatorias y antiinfecciosas.
El principal objetivo de este trabajo, financiado en parte por la Fundación Progreso y Salud de la Junta de Andalucía y por el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO), ha sido determinar la influencia de distintas dosis de hidroxitirosol –administrado por vía oral– sobre biomarcadores de inflamación cardiovascular.
“Específicamente, se han estudiado los relacionados con los proceso de daño oxidativo, asociados a una toxicidad o muerte celular e involucrados en la vasculopatía diabética y enfermedad de los vasos sanguíneos”, matiza González-Correa.
Modelo de diabetes experimental
Este estudio se ha realizado en un modelo experimental en ratas: 7 grupos de 10 ejemplares. Uno formado por animales no diabéticos, denominados controles. Otro compuesto por animales diabéticos a los que se les ha suministrado una solución salina.
Otro de cinco de ratas diabéticas tratadas con distintas dosis de hidroxitirosol, para determinar la cantidad exacta a partir de la cual empieza a ser efectiva esta sustancia. Este último conjunto de animales controles enfermos han recibido ingestas de 0,5, 1, 2,5, 5 y 10 miligramos del polifenol. Teniendo en cuenta que una cucharada de postre tiene una capacidad de 5 miligramos, las cantidades que han recibido van desde la décima parte de una de cuchara pequeña, a dos de estas.
“Hacemos una inducción de la diabetes para provocarles las patologías, pero que al mismo tiempo sean compatibles con la vida. Para ello, se les mantiene durante dos meses con cifras elevadas –entre los 250 y 400 mg/dL (miligramo por decilitro)– de glucosa en sangre, cuando los valores normales se sitúan en un rango entre los 70-120 mg/dL”, explica el investigador de la Universidad de Málaga.
Los resultados muestran que en el caso de animales diabéticos hay un incremento de los biomarcadores relacionado con la enfermedad vascular y una reducción de dos sustancias vasodilatadoras: óxido nítrico y prostaciclina.
Esto provoca que los vasos sanguíneos se estrechen tanto que impidan o disminuyan la circulación de sangre a través de las arterias, con el consiguiente deterioro o incluso muerte de los tejidos orgánicos del cuerpo. Por el contrario, en las ratas que se trataron con hidroxitirosol se reducen esos biomarcadores de inflamación.
Fuente: Journal of Nutritional Biochemistry (2016); doi: 10.1016/a.jnutbio.2016.07.015