Niveles adecuados de folato materno durante el embarazo pueden proteger a los niños de un futuro riesgo de obesidad, especialmente a aquellos nacidos de madres obesas, según un estudio dirigido por investigadores financiados por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. “La nutrición de la madre durante el embarazo puede tener efectos a largo plazo sobre la salud del niño, así como la salud de la madre después del embarazo”, afirma la investigadora principal del estudio, Xiaobin Wang, de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland, Estados Unidos.
“Los resultados sugieren que el ácido fólico materno adecuado puede mitigar el efecto de la obesidad de la madre sobre la salud de su hijo”, apunta esta investigadora, cuyo trabajo se detalla en JAMA Pediatrics y que fue financiado por el Instituto Nacional Eunice Kennedy Shriver de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD, por sus siglas en inglés) de los NIH.
La obesidad en niños y adultos es un problema de salud serio en Estados Unidos, contribuyendo a patologías como enfermedades del corazón, derrame cerebral y diabetes tipo 2. Durante el embarazo, la obesidad materna también eleva el riesgo de una serie de complicaciones en el embarazo, como muerte fetal, defectos de nacimiento y parto prematuro. Además, los bebés nacidos de madres obesas presentan riesgos para la salud a largo plazo, incluyendo un mayor riesgo de obesidad en la infancia.
El folato, una vitamina B esencial, reduce el riesgo del feto de defectos del tubo neural, que son malformaciones que afectan al cerebro, la columna vertebral y la médula espinal. Los Centros de Estados Unidos para el Control y la Prevención de Enfermedades recomienda que las mujeres en edad fértil tomen 400 microgramos de ácido fólico (una forma sintética del folato) al día para reducir el riesgo de sus hijos de sufrir defectos del tubo neural.
Sin embargo, el papel de los niveles de folato maternos en el futuro riesgo de obesidad de un niño no se conocía, sobre todo entre los nacidos de madres que son obesas durante el embarazo. En su trabajo, los investigadores estudiaron los resultados de salud de las madres y los niños (que van de 2 a 9 años de edad) en la cohorte de nacimientos de Boston, una población minoritaria predominantemente de bajos ingresos con una alta prevalencia de obesidad materna e infantil.
Cuanto menos folato materno, más obesidad infantil
El equipo de estudio analizó los registros de salud de más de 1.500 parejas madre-hijo, incluyendo información que se recogió antes, durante y después del embarazo. Para medir el nivel de folato de la madre durante el embarazo, los científicos calcularon el folato en muestras de plasma almacenadas que se recogieron entre dos y tres días después del parto. Los investigadores encontraron una amplia gama de niveles de folato maternos, pero observaron una relación “en forma de L” entre los niveles de folato en la madre y la obesidad infantil. En otras palabras, los niveles más bajos de folato se correlacionaron con mayor riesgo de la obesidad infantil.
Cuando los niveles de folato alcanzaron aproximadamente 20 nanomoles por litro (nm/L), lo cual está dentro del rango normal para adultos, nuevos aumentos en los niveles de folato no aportaron beneficios adicionales, lo que indica un efecto umbral o techo. Según los investigadores, este umbral es más alto que el límite estándar para diagnóstico de deficiencia de folato (menos de 10 nm/L).
Las madres obesas en el estudio tendían a preentar menores niveles de folato que las madres de peso normal. Sin embargo, cuando los investigadores examinaron solamente a las madres obesas, encontraron que los hijos de madres obesas con niveles adecuados de folato (al menos 20 nm/L) tenían un riesgo del 43 por ciento menor de obesidad en comparación con los hijos de madres obesas con folato más bajo (menos de 20 nm/L), cuyos hijos tuvieron un mayor índice de masa corporal para la edad.
Según los autores, el establecimiento de una concentración “óptima” en lugar de “mínima” de folato puede ser beneficioso para las mujeres que planean un embarazo, especialmente las mujeres obesas. “El folato es bien conocido por prevenir defectos del cerebro y de la médula espinal en el feto en desarrollo, pero se conocen menos sus efectos sobre los trastornos metabólicos, como diabetes y obesidad”, dice Cuilin Zhang, investigador principal del NICHD y coautor del estudio.
Fuente: Jama Pediatrics (2016); doi:10.1001/jamapediatrics.2016.0845