Investigadores del Grupo de Genes, Desarrollo y Enfermedad que dirige Erwin Wagner en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han descubierto que los pacientes de psoriasis experimentan una pérdida de masa ósea generalizada a consecuencia de la enfermedad.
Además el trabajo, publicado en la revista Science Translational Medicine, ha descrito el canal de comunicación molecular que se establece entre la piel y el hueso para provocar esta pérdida, lo cual permitirá tratarla con fármacos ya comercializados o que están en fases avanzadas de ensayos clínicos.
“Hemos detectado que la psoriasis causa pérdida de tejido óseo de forma generalizada y progresiva. No se trata de una destrucción acelerada del hueso, sino que, durante el ciclo de regeneración ósea, no se forma hueso a la suficiente velocidad para renovar el que se pierde, por lo que la masa ósea de los pacientes se reduce con el tiempo”, ha comentado la primera firmante del trabajo, Özge Uluçkan. En concreto, el proceso tiene lugar mediante un mecanismo, por el que se inhibe la actividad de los osteoblastos, las células que generan matriz ósea para que los huesos crezcan durante la niñez y juventud, y se mantengan en buenas condiciones en la edad adulta.
Asimismo, en un estudio anterior. el equipo de Erwin Wagner había generado un modelo de ratón al que se le había retirado el gen JunB de los queratinocitos (células que forman la epidermis), lo cual imita lo que ocurre en los trastornos inflamatorios cutáneos en humanos. Ahora han observado que este ratón experimenta pérdida de masa ósea.
De hecho, los investigadores han comprobado cómo las células inmunitarias de la piel de este modelo animal generaban grandes cantidades de la citocina IL-17, la cual viaja por el torrente sanguíneo hasta los huesos. Una vez allí, actúa sobre los osteoblastos e inhibe la actividad de Wnt, una vía de señalización celular que interviene en la formación del esqueleto y que está implicada en trastornos como la osteoporosis, la artrosis y el mieloma.
En este sentido, según han informado los expertos, tratando a estos ratones con bloqueantes de IL-17, se recuperó la actividad normal de la vía Wnt y la formación de hueso. Además, un segundo modelo de ratón al que se le había inducido la sobreexpresión de IL-17 también experimentó pérdida de masa ósea, demostrando que la desregulación de esta proteína es suficiente para producir este efecto.
Posteriormente, trabajaron sobre un centenar de muestras humanas. A través de técnicas de tomografía computarizada periférica de alta resolución (XtremeCT) (un método de imagen conocido como biopsia ósea virtual) comprobaron que una gran mayoría de los pacientes con psoriasis presentaban pérdidas de masa ósea que se correlacionaban con un incremento en sangre de la citocina IL-17.
Tratamiento e implicaciones para otras enfermedades
Estas observaciones sugieren que los pacientes de psoriasis deberían ser monitorizados en función de esta pérdida de masa ósea, o de la presencia de altos niveles de estos factores en sangre. “Tratar a los pacientes de psoriasis con agentes bloqueantes de IL-17 (algunos ya comercializados) podría tener un efecto beneficioso sobre la pérdida de tejido óseo, a diferencia de otros compuestos que solo tratarían la inflamación cutánea”, ha aseverado Uluçkan. También se están desarrollando anticuerpos que actúan sobre la vía de señalización Wnt como terapia para la osteoporosis, y que podrían mostrar utilidad en estos casos.
Los hallazgos de este estudio también podrían tener implicaciones para otras enfermedades autoinmunes. “IL-17 se ha convertido en un foco de atención para la investigación del sistema inmune. Su desregulación no solo está relacionada con la psoriasis, sino también con otras enfermedades como la artritis reumatoide, la enfermedad intestinal inflamatoria y la esclerosis múltiple. Algunas de ellas se han relacionado con pérdida de tejido óseo, como en el caso de la enfermedad intestinal inflamatoria, cuyos pacientes la sufren en el 70 por ciento de los casos. Sería interesante investigar si IL-17 es responsable de este efecto secundario”, ha zanjado el investigador.
Fuente: Science Translational Medicine (2016); doi: 10.1126/scitranslmed.aad8996