Seguir una dieta rica en grasas hace que las células intestinales sean más propensas a volverse cancerosas. Es la conclusión a que han llegado científicos del Instituto Whitehead y del Instituto Koch para la investigación integral del cáncer, del MIT, que han observado cómo un incremento de grasas en la alimentación de ratones cambia la biología de las células madre intestinales así como de otro tipo de células, lo que conduce a un aumento de la formación de tumores.
Estudios epidemiológicos realizados en la última década habían establecido una asociación entre obesidad y dietas altas en grasas, y el cáncer de colon. Y el mecanismo por el que la alimentación influye sobre el riesgo de desarrollar cáncer ha sido objeto de numerosas investigaciones. Hasta el momento la hipótesis prevalente en la comunidad científica era que el exceso calórico inducía un estado hormonal similar a la inflamación crónica, lo que favorecía la aparición de tumores.
En cambio, este nuevo trabajo, cuyos resultados se publican en Nature, apunta un nuevo mecanismo, por el que una dieta rica en grasas promueve la proliferación tanto de células madre intestinales, que en estudios recientes se ha visto que son las que más probabilidad tienen de acumular mutaciones que acaben dando lugar a tumores; como también de otro tipo de células, llamadas progenitoras, mucho más abundantes y que se comportan de forma similar a las madre (se reproducen de forma indefinida y se diferencian en otros tipos de células).
Los investigadores realizaron un estudio con ratones sanos a los que alimentaron entre nueve y 12 meses con una dieta compuesta por un 60% de grasas. Durante ese periodo, observaron que los animales aumentaron entre un 30 y un 50% su masa corporal en comparación con los roedores que seguían una dieta normal, y, además, también desarrollaron más tumores intestinales. Asimismo, vieron que tenían más cantidad de células madre en el epitelio, o pared intestinal, que los animales del grupo de control.
“Han descubierto que directamente las grasas presentes en el epitelio del intestino impactan sobre las células madres y, aparentemente, eso expande el compartimiento de estas células. Al haber más, el tejido está más predispuesto a generar tumores si se producen las mutaciones apropiadas, porque sabemos que los tumores en cáncer de colon se originan a partir de las células madre”, explica a Big Vang Eduard Batlle, investigador Icrea en el Institut de Recerca Biomèdica de Barcelona, que no ha participado en este estudio.
Además, los autores del trabajo sugieren que un exceso de lípidos o grasas puede provocar que las células progenitoras se vuelvan más parecidas a las células madre. “Este hallazgo es muy importante porque las células madre suelen ser aquellas que en el intestino adquieren las mutaciones que acaban provocando tumores”, explica Omer Yilmaz, profesor de biología del MIT y colíder de esta investigación. En los intestinos de estos ratones alimentados con un exceso de grasa, “no sólo hay más células madre tradicionales, sino también poblaciones de células que no siendo madre tienen la capacidad de adquirir mutaciones que dan lugar a tumores”, apostilla.
Batlle, una referencia mundial en cáncer de colon, se muestra cauto ante los resultados de este trabajo. “Es una enfermedad multifactorial, no podemos limitar su origen a una sola causa. Por ejemplo, sabemos que la microbiota intestinal tiene un papel importante e influencia la susceptibilidad individual de desarrollar un cáncer de colon”. Además, insiste este investigador, la asociación más importante se establece entre obesidad, y no tanto grasas, y este tipo de tumores.
FUENTE: Nature (2016); doi: 10.1038/nature17173