La prescripción diferida de antibióticos a pacientes con infecciones respiratorias agudas no complicadas puede contribuir al uso más racional de estos medicamentos, según un estudio liderado por Pablo Alonso, investigador del Instituto de Investigación Biomédica Sant Pau de Barcelona y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), dependiente del Instituto de Salud Carlos III. El estudio ha sido realizado conjuntamente con profesionales de atención primaria en España.
Las infecciones respiratorias agudas no complicadas, como la faringitis aguda, la rinosinusitis o la bronquitis aguda, son uno de los principales motivos de consulta en atención primaria. En muchas ocasiones surgen dudas sobre la necesidad de utilizar antibióticos ya que la mayoría de estas infecciones se resuelven por sí mismas. No obstante, a buena parte de los pacientes con estas de infecciones se les receta hoy en día este tipo de fármacos.
Los autores de este estudio, que se acaba de publicar en la revista JAMA Internal Medicine, han realizado un ensayo clínico multicéntrico con 405 pacientes escogidos aleatoriamente para comprobar si la prescripción diferida de antibióticos podría ser una estrategia que ayude al consumo racional de estos fármacos. Se ha comparado la eficacia y la seguridad de dos estrategias de prescripción diferida con la prescripción antibiótica inmediata y con la no prescripción.
Según Mariam de la Poza, médico de familia y primera firmante del artículo, “la prescripción diferida consiste en proporcionar una receta de un antibiótico e instruyendo al paciente para que lo tome únicamente si sus síntomas no mejoran o empeoran algunos días después de la visita médica”.
Reducción del consumo de antibióticos
En las estrategias diferidas, los pacientes presentaron síntomas con una severidad y una duración ligeramente mayor pero clínicamente similar a los de la prescripción inmediata, y además mostraron una reducción drástica (de más del 60%) del consumo de antibióticos en comparación con estos últimos.
La percepción de que los antibióticos no son efectivos o no son muy efectivos fue superior en los dos grupos de prescripción diferida en comparación con los de la no prescripción o la prescripción inmediata. La satisfacción fue similar en todas las estrategias. No se observaron diferencias entre los grupos en el riesgo de complicaciones, efectos adversos o en la necesidad de visitas adicionales.
“Las estrategias diferidas pueden ser útiles en pacientes con infecciones respiratorias agudas no complicadas para ayudar al uso racional de los antibióticos, principalmente en casos de duda sobre la necesidad de utilizarlos”, concluye Pablo Alonso, coordinador de esta investigación.
FUENTE: JAMA Internal Medicine (2015); doi:10.1001/jamainternmed.2015.7088