El ácido úrico –una sustancia química que a niveles altos puede provocar enfermedad grave– puede disminuir la discapacidad de las mujeres después de sufrir un accidente cerebrovascular, según revela un nuevo estudio que se detalla en la revista Stroke. Los niveles altos de ácido úrico pueden conducir a cálculos renales o la artritis inflamatoria, un trastorno conocido como ‘gota’ y que se vincula con problemas del corazón y vasculares y la diabetes.
En este nuevo estudio, el 42% de las mujeres tratadas con ácido úrico después de una apoplejía tuvieron poca o ninguna discapacidad después de 90 días en comparación con 29% de las tratadas con un placebo. Las mujeres también presentaban menos tejido muerto como resultado de la falta de suministro de sangre por culpa del accidente cerebrovascular después de recibir el ácido úrico. Entre los hombres, no hubo ninguna diferencia esencial entre el tratamiento con ácido úrico y el placebo.
“A las mujeres les va mejor la terapia de ácido úrico porque tienden a poseer menos ácido úrico en el cuerpo”, explica Ángel Chamorro, autor principal del estudio y director del Centro Integral para el Tratamiento del Ictus del Hospital Clinic, en Barcelona. “A pesar de que los altos niveles de ácido úrico pueden llevar a otros problemas de salud, el ácido úrico también ayuda a proteger el tejido de las moléculas dañinas conocidas como radicales libres”, detalla.
Los investigadores volvieron a analizar 2.014 datos basándose en el ‘URICO-ICTUS’, un ensayo aleatorizado y doble ciego de los pacientes ingresados en centros de ictus en España. Participaron 206 mujeres y 205 hombres, todos ellos con terapias para eliminar los coágulos y a la mitad de cada grupo de género también se les dio 1.000 mg de terapia de ácido úrico o un placebo por infusión intravenosa.
En el accidente cerebrovascular isquémico, la forma más común de accidente cerebrovascular, un coágulo atasca una arteria que suministra oxígeno al cerebro, de forma que cuando los médicos extirpan con éxito el coágulo, el oxígeno vuelve a entrar en el cerebro, liberando también radicales libres, que pueden dañar el tejido circundante. El ácido úrico contrarresta la liberación de los radicales libres, lo que minimiza el daño.
Las mujeres en el estudio fueron, en promedio, siete años mayores que los hombres, y eran más propensas a tener latidos irregulares del corazón, presión arterial alta y otros trastornos. Cuanto más jóvenes y saludables sean las víctimas de accidentes cerebrovasculares, los resultados serán aún más impresionantes, según Chamorro.
No obstante, señala que se necesitan más datos antes de que el ácido úrico se convierta en la práctica clínica habitual. Los investigadores quieren determinar si el ácido úrico también podría beneficiar a los hombres, quizás a aquellos con niveles naturalmente bajos de ácido úrico o altos niveles de azúcar en la sangre y otras enfermedades metabólicas que promueven la liberación de radicales libres.
FUENTE: Stroke