Un equipo del Instituto de Investigación de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD) y del Servicio de Reumatología de este hospital madrileño ha identificado un compuesto derivado del jengibre, el 6-Shoagol (6-S), capaz de frenar los mecanismos que intervienen en el desarrollo y evolución de la artrosis. Los resultados de esta investigación se publican en Nature Rheumatology y Molecular Nutrition& Food Research.
La artrosis es la enfermedad reumatológica más frecuente. La Sociedad Española de Reumatología (SER) calcula que más de 6.800.000 españoles mayores de 20 años (16,6%) sufren artrosis de rodilla, mano o columna. Tal y como explica el Prof. Gabriel Herrero-Beaumont, director del Laboratorio de Patología Osteoarticular IIS-FJD y jefe de Reumatología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, “la patología se caracteriza por el estrechamiento del espacio articular, lo que provoca una degradación progresiva del cartílago y alteraciones en el hueso subcondral y el tejido sinovial. Estos trastornos tienen graves consecuencias: dolor, discapacidad y pérdida de la integridad de la estructura articular, y en la actualidad solo podemos tratar los síntomas de la enfermedad, pero no detener su progreso”.
Una de las líneas de investigación del laboratorio de Patología Osteoarticular IIS-FJD se dedica al estudio de nuevos compuestos en este campo, sobre todo aquellos relacionados con la inhibición de las proteínas que alteran el metabolismo del condrocito. Un elevado porcentaje de los fármacos disponibles actualmente se obtuvieron por retrosíntesis y farmacomodulación de principios activos encontrados en plantas. “Partiendo de esta premisa, en la medicina tradicional asiática se ha venido empleando el jengibre como remedio para determinadas dolencias reumáticas, incluida la artrosis. De ahí que decidiéramos investigar si algunos de los principios activos del jengibre poseían actividad inhibitoria sobre los procesos inflamatorios y degradantes del cartílago articular”, señala la Dra. Raquel Largo Carazo, miembro del IIS-FJD y del Servicio de Reumatología de la FJD.
El proceso de obtención y purificación del 6-S fue llevado a cabo en varias etapas. “Obtuvimos el 6-S a partir de polvo seco de jengibre sometido a un proceso de extracción alcohólica seguido por un aislamiento mediante cromatografía líquida de alta eficacia. El 6-S puro fue obtenido mediante la deshidratación de su forma hidratada”, expone la Dra. Largo.
“Como consecuencia de la destrucción progresiva del cartílago articular que se produce en la artrosis se generan multitud de fragmentos de la matriz y otras moléculas que, a través de la activación de los receptores TLR4, inician la respuesta inflamatoria de los condrocitos (células del cartílago). Estas respuestas, a su vez, generan un círculo vicioso que perpetúa y agrava la destrucción de la matriz y los tejidos adyacentes, generando más moléculas inflamatorias y otros activadores de los receptores TLR4”, detalla,, por su parte, el Dr. Rodolfo Gómez, miembro del IIS-FJD y del Servicio de Reumatología de la FJD. Ante este escenario, añade, “la acción del 6-S presenta la capacidad de bloquear la activación de los receptores TLR4 evitando así la amplificación del proceso degradante”.
Por otro lado, se sabe que el metabolismo del hueso subcondral juega un papel esencial en el desarrollo de la artrosis. “Nuestro grupo”, explica el Dr. Gómez, “determinó que la degradación del hueso subcondral aumenta la degradación del cartílago articular durante la artrosis. Acorde con estos datos la acción del 6-S inhibiendo la actividad de la catepsina-K, principal proteasa ósea, sugiere que el 6-S contribuirá también a la recuperación del cartílago articular evitando el deterioro del hueso subcondral”.
Por último, la doctora Carmen Ayuso, directora del Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD), destacó la importancia de este trabajo de investigación, y puso de relieve la necesidad de poner en marcha todas las herramientas para que este tipo de avances consigan lo antes posible ser trasladados a la práctica.
FUENTE: Molecular Nutrition and Food Research (2013); doi: 10.1002/mnfr.201200833