Investigadores de la Escuela de Medicina y la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Carolina del Norte (UNC, por sus siglas en inglés), en Chapel Hill, Estados Unidos, han descubierto que la dieta del bebé durante los primeros meses de vida tiene una profunda influencia en la composición, diversidad y estabilidad del microbioma intestinal. Estos factores, a su vez, influyen en la capacidad del bebé para la transición desde la leche a los alimentos sólidos y pueden tener efectos sobre la salud a largo plazo.
“Hemos encontrado que los bebés que son alimentados exclusivamente con leche materna tienen las comunidades microbianas más preparadas para la introducción de alimentos sólidos -subraya Andrea Azcárate-Peligro, profesora asistente en el Departamento de Biología Celular y Fisiología y autora principal del estudio-. Creemos que el microbioma de los bebés que no son amamantados exclusivamente podría contribuir a más dolores de estómago y cólicos”.
El descubrimiento se suma a la creciente conciencia de que el microbioma intestinal desempeña un papel crucial en ayudar a digerir los alimentos y combatir las enfermedades. “Este estudio refuerza las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud de amamantar exclusivamente durante los primeros 6 meses de vida -subraya Amanda Thompson, profesora asociada en el Departamento de Antropología y coautora del estudio.
FUENTE: Jano.