La equinácea es originaria de las praderas calcáreas de Norteaméroca, los indios de los estados de Nebraska y de Missouri ya las utilizaban por sus propiedades farmacológicas en mordeduras de serpiente y en heridas. Actualmente se utiliza como preventivo de enfermedades infecciosas.
En fitoterapia se utilizan principalmente tres especies de equinácea: Equinacea purpurea Moench.; Echinacea pallida Nutt.; Echinacea angustifolia DC. De estas tres especies, la mas estudiada es la Echinacea purpurea Moench., la cual ha sido objeto de numerosos estudios farmacológicos y clínicos que han puesto de manifiesto las propiedades inmunoestimulantes de la equinácea y la utilidad de esta planta para ayudar a combatir los procesos infecciosos.
La raíz y la parte aérea de la planta tiene diversas propiedades, entre las que destacan:
- Actividad inmunoestimulante, inmunoreguladora mediada entre otros mecanismos por la estimulación de la fagocitosis, inducción de la producción de linfocinas y la estimulación linfocitaria.
- Antiviral, antibacteriana y antifúngica.
- Cicatrizante.
En medicina natural se ha utilizado en las siguientes situaciones:
- Prevención de enfermedades infecciosas: actúa sobre el organismo que sufre la infección mas que sobre los agentes patógenos que la causan. Tiene acción curativa y preventiva. Se recomienda en la gripe, resfriados, sinusitis, amigdalitis e infecciones respiratorias diversas.
- Por su actividad inmunoestimulante es útil en general para activar las defensas frente a cualquier tipo de proceso infeccioso: infecciones respiratorias, urinarias, dermatológicas, etc.
- En uso externo se recomienda frente a abcesos, heridas, quemaduras, foliculitis, acné, dermatosis, ezcemas, etc. Por sus propiedades antiinfecciosas, cicatrizantes y regeneradora de tejidos.
Advertencias
Debido a su actividad inmunoestimulante no administrar sin supervisión en procesos en los que se vea implicado el sistema inmunitario: enfermedades autoinmunes, transplantes, etc..Para una mayor efectividad es recomendable no tomar de forma continuada durante mucho tiempo (no mas de dos meses seguidos), y establecer periodos de descanso.
Fuente: Vanaclocha B, Cañigueral S (ed.2003). Fitoterapia: Vademecum de prescripción.