El termino artritis incluye una serie de trastornos inflamatorios cuyas formas más comunes son la artritis reumatoide y la artrosis.
En el caso de la artritis reumatoide, el proceso inflamatorio implica un aumento de las necesidades calórico-proteicas del paciente. Por el contrario, en la artrosis la obesidad debe vigilarse para limitar el deterioro de las articulaciones de carga.
La suplementación con ácidos grasos poliinsaturados (aceite de pescado) ha tenido un éxito ligero en la reducción de los síntomas de la artritis.
Los pacientes con artritis reumatoide presentan con bastante frecuencia deficiencias en cobre, magnesio, zinc, vitaminas D, E, A, riboflavina, folatos, por lo que debe vigilarse su dieta y recomendar un aumento en el consumo de alimentos ricos en estos nutrientes.
El empleo de fármacos (analgésicos, antiinflamatorios) de manera habitual puede dar lugar a interacciones fármacos-nutrientes que lleven al padecimiento de algunas deficiencias. Según el medicamento utilizada habrá que prestar atención o proporcionar suplementos de nutrientes concretos (vitamina C, ácido fólico, etc).
La utilización de megadosis de vitaminas y minerales no es aconsejable (ineficaz, potencialmente tóxica y cara). Solo se recomienda el empleo de suplementos (aportando cantidades similares a las recomendadas) cuando la dieta no pueda suministrar la cantidad de nutrientes recomendados.
Clínica de Nutrición Biodieta