El marcapasos gástrico, un sistema mínimamente invasivo para la pérdida de peso en pacientes con obesidad, puede reducir hasta en un 60% el exceso de peso después de 12 meses, según las conclusiones de un estudio publicado por especialistas de la Clínica La Luz en la revista Obesity Surgery.
El sistema, que funciona mediante leves estímulos eléctricos en el estómago que provocan sensación de saciedad, permite el control ‘on-line’ por parte del especialista ya que el sensor implantado se puede comunicar con el ordenador del médico que hace el seguimiento y facilita la reeducación alimentaria del paciente para que adquiera hábitos alimentarios más saludables.
El estudio se basa en el seguimiento de un total de 27 pacientes adultos que llevaron el marcapasos gástrico ‘abiliti’ desde marzo de 2011 hasta junio de 2013, y los resultados revelan que, en general, los pacientes perdieron en un año el 49,3% de su exceso de peso de media, lo que en términos absolutos supone 19,1 kilos menos al cabo de 12 meses.
Los pacientes se dividieron en dos grupos, aquellos con un índice de masa corporal (IMC) de entre 30 y 40 y los más graves, con un IMC superior a 40. Tras analizar los resultados, los autores del informe descubrieron que el marcapasos gástrico parece tener especial eficacia en las personas con obesidad moderada.
En concreto, en el grupo de pacientes con IMC entre 30 y 40 el exceso de peso perdido era, de media, del 59,1%, frente a los pacientes con mayor obesidad (IMC por encima de 40), en los que la reducción del exceso de kilos estaba en el 46,7%.
En los casos analizados la cirugía necesaria para la implantación del dispositivo duró unos 50 minutos, no se registraron complicaciones postquirúrgicas y todos los pacientes fueron dados de alta en un plazo de entre 12 y 24 horas tras la intervención. Y tan sólo en un caso el dispositivo fue retirado a petición de una de las pacientes a los dos meses de su implantación.
Sin complicaciones tras la cirugia
La colocación del sistema es, además, mínimamente invasiva en comparación con otros procedimientos de cirugía bariátrica, según ha resaltado Manuel Miras, responsable de la Unidad de Cirugía Laparoscópica de la Obesidad Mórbida de La Luz que ha liderado el estudio.
“Este sistema presenta numerosas ventajas: no sólo se realiza mediante una cirugía mínimamente invasiva, que apenas supone un día de estancia en la clínica, sino que como no se altera de ninguna manera ni la anatomía ni la fisiología del estómago, el paciente no cambia sus hábitos de vida”, ha explicado.
Una situación que permite al paciente no presentar ningún tipo de complicaciones en el postoperatorio inmediato y, según el seguimiento a medio y largo plazo, tampoco manifiestan efectos secundarios de tipo nutricional.
El dispositivo puede permanecer implantado todo el tiempo que sea preciso, puesto que puede activarse y desactivarse en función de las necesidades del paciente. Además, si por cualquier motivo fuera necesario retirar el dispositivo, es perfectamente factible hacerlo mediante una sencilla intervención sin complicaciones.
FUENTE: Obesity Surgery (2014); doi: 10.1007/ s11695-014-1498-1