Investigadores de la ‘University of Texas Medical Branch at Galveston’ (UTMB), en Estados Unidos, han demostrado que las personas con niveles más altos de grasa marrón o tejido adiposo marrón poseen un mejor control del azúcar en la sangre, mayor sensibilidad a la insulina y un mejor metabolismo para quemar las reservas de grasa.
El hallazgo, publicado en la revista Diabetes, sugiere que la grasa parda, en virtud de su capacidad para regular el azúcar en la sangre, podría ser una potencial arma médica contra la diabetes. Según los científicos, los resultados apoyan la idea de que el tejido adiposo marrón puede funcionar como un tejido antiobesidad y antidiabético en los seres humanos.
“Hemos demostrado que la exposición al frío leve aumenta el gasto de energía de todo el cuerpo, incrementando la eliminación de la glucosa de la sangre y mejorando la sensibilidad a la insulina en los hombres que tienen cantidades significativas de depósitos de tejido adiposo marrón”, señala el profesor de Medicina Interna de la División de Geriatría de UTMB Labros Sidossis.
Las personas tienen dos tipos de tejido graso en el cuerpo: el tejido adiposo blanco, ampliamente conocido y denostado, y el tejido adiposo marrón, menos conocido. Uno de los muchos efectos nocivos para la salud del exceso de tejido adiposo blanco es que disminuye la sensibilidad a la insulina, que es un importante contribuyente a la diabetes, mientras que la grasa parda tiene varias cualidades saludables, como la protección contra la obesidad y la diabetes. En su trabajo, Sidossis y sus colegas expusieron a hombres sanos con diferentes niveles de tejido adiposo marrón a temperaturas ligeramente frías entre 5 y 8 horas.
“En este estudio se muestra que cuando se activa, a través de la exposición al frío leve, el tejido adiposo marrón puede aumentar el gasto de energía y quemar calorías. Éstas son buenas noticias para las personas con sobrepeso y obesidad”, resume Sidossis. “De mayor significado clínico puede ser el hallazgo de que la grasa parda puede ayudar al cuerpo a regular el azúcar en la sangre con más eficacia, lo que supone una gran noticia para las personas con resistencia a la insulina y diabetes, y sugiere que la grasa parda puede llegar a ser un importante tejido antidiabético”, concluye.
FUENTE: Diabetes (2014); doi: 10.2337/db14-0746