Los ciclos repetidos de ayuno podrían reactivar las células del sistema inmunitario deprimidas por la quimioterapia o el envejecimiento, según muetra un estudio liderado por investigadores de la Universidad del Sur de California y publicado en la revista Cell Stem Cell.
La inmunosupresión es uno de los efectos secundarios que padecen los enfermos de cáncer sometidos a terapia con químicos. De hecho, durante los ciclos de quimioterapia, es importante vigilar el estado inmunitario del paciente y limitar la dosis y la frecuencia de las intervenciones para que sean tolerables. Por otro lado, la senectud es también una merma para el sistema defensivo; por eso las personas mayores son más propensas a desarrollar ciertos tumores malignos, como las leucemias.
Actualmente no hay indicaciones para tratar la inmunodepresión en estos dos tipos de pacientes. Los resultados de este trabajo, que se ha llevado a cabo en ratones, revelan que los ciclos de abstinencia alimentaria estimulan el sistema inmunitario de los animales. Ello se debe a que las células madre hematopoyéticas, que son las encargadas de fabricar los glóbulos blancos –defensas de la sangre–, resisten mejor el estrés tras el ayuno.
Los períodos de ayuno prolongados reducen el número de glóbulos blancos, pero, según el trabajo, las células fabricantes de defensas se protegen ante la falta de alimento y luego son capaces de reponer más eficientemente la población madura.
“Hemos descubierto que este efecto, que puede ser una estrategia evolutiva de ahorro energético en los periodos de inanición, hace que las células madre promuevan la regeneración de la defensas, y no solo tras la quimioterapia; también vale para rejuvenecer el sistema inmunitario de los ratones viejos”, precisa a Sinc Valter Longo, autor principal del estudio. “Obtuvimos los mejores resultados cuando los roedores ayunaron durante tres días seguidos al menos dos veces cada dos o tres semanas”, continúa.
Es importante aclarar que las investigaciones son preliminares y este tipo de ayuno se ha mostrado efectivo en ensayos controlados con roedores, pero no se recomienda practicarlo por cuenta propia. “Cualquier tipo de ayuno prolongado debe hacerse bajo la supervisión de un médico”, aclara Longo.
Los experimentos con ratones demostraron que no servía ayunar una sola vez. Cuando dejaban de comer de manera puntual sin respetar los ciclos, tanto los roedores tratados con quimioterapia o mayores como los sanos y los jóvenes perdieron células defensivas, es decir, se produjo el efecto contrario al deseado.
Además, los autores descubrieron que el ayuno hace que se reduzca el factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1), una proteína con un papel clave en el crecimiento y envejecimiento. Los científicos creen que las acciones que disminuyan IGF-1 podrían proporcionar beneficios similares a los del ayuno en los pacientes con cáncer, los ancianos y las personas inmunodeprimidas.
Ensayo con pacientes humanos
En el contexto de un ensayo clínico en fase I con pacientes humanos que recibieron quimioterapia a base de platino, y que no habían comido en 72 horas, el equipo estadounidense observó el mismo comportamiento.
“Aunque los resultados son prometedores, todavía quedan muchos pasos que dar hasta que se pueda conocer la seguridad y potencialidad de este tratamiento en pacientes. Por ahora, los estudios preliminares en humanos que se citan en este artículo apoyan que los ciclos de ayuno podrían ser beneficiosos en el tratamiento del cáncer”, señala a Sinc Alejandro Martín-Montalvo, antiguo colaborador de Longo y actualmente investigador en el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (CABIMER).
“Ahora”, precisa Longo, “estamos probando en humanos el efecto de las dietas de ayuno simuladas contra los efectos secundarios de la quimioterapia”. Este régimen de ayuno simulado consiste en una aportación mínima de calorías y proteínas que otras investigaciones han identificado por su capacidad de igualar los efectos del ayuno total.
“Asimismo –prosigue el científico– estamos probando ciclos de una dieta de ayuno fingido en el sistema inmunitario de personas sanas de mediana y avanzada edad”. “Si confirmamos los resultados en humanos, esto significaría que el sistema inmunológico se podría estimular a cualquier edad, sobre todo después de los cuarenta”, subraya este experto.
Trabajos anteriores de este grupo en roedores ya mostraron que las restricciones temporales de nutrientes –no el ayuno– aumentaban la resistencia de las células madre frente a elementos estresantes
FUENTE: Cell Stem Cell (2014); doi: 10.1016/j.stem.2014.04.014