Podemos llevar una dieta equilibrada o por el contrario tener una pésima dieta, este factor propiciará que tengamos una buena o mala nutrición, pero siempre intervendrá un factor muy importante, como se encuentre nuestro sistema digestivo.
Una dieta equilibrada no implica necesariamente que sea la acertada, pues en el organismo puede existir algún tipo de alteración gástrica que no permite un adecuado aprovechamiento de los nutrientes que nos facilitan los alimentos. La adecuada asimilación es propiciada por las enzimas digestivas, sustancias de naturaleza proteica que actúan de una manera muy específica sobre cada nutriente.
En nuestro organismo actúan un gran número de enzimas digestivas que, como su nombre lo indica, permiten la digestión y asimilación de los nutrientes. Estas enzimas se localizan en el interior de las células que se encuentran en todos los órganos que intervienen en la digestión como son: el estómago, el intestino delgado y la boca, entre otros.
A pesar de que unas 3.000 enzimas intervienen en el proceso, se dividen en tres grupos generales: proteolíticas, lipasas y amilasas. El problema aparece cuando nuestro organismo no produce una adecuada cantidad de algún tipo desvirtuando las cualidades de los alimentos ingeridos, lo que lleva a una carencia o déficit nutricional.
Es fácil determinar si hay algún tipo de problema enzimático, pues generalmente hay claras reacciones como hinchazón, gases, malestar o pesadez propiciados por la mala digestión sufrida. La deficiencia en la producción de una o varias enzimas digestivas produce que los alimentos ingeridos se digieren parcialmente, produciéndose la putrefacción que se manifiesta en los síntomas antes mencionados, que pueden venir acompañados de dolores musculares, alergias, fatigas o intolerancias alimentarias.
Generalmente suelen ser las personas mayores quienes presentan estas deficiencias y sus consecuencias, aunque los preparados enzimáticos disponibles hoy en día permiten obtener una mejor digestión. Estos preparados suelen incorporar enzimas digestivas proteolíticas, como puede ser la bromelina o bromelaína entre otros.
Los complejos enzimáticos se pueden también reforzar mediante la ingesta de alimentos ricos en enzimas digestivas como pueden ser los germinados o las hortalizas. Siempre que se tenga la sospecha de alguna carencia enzimática, lo mejor es acudir al nutricionista que nos ayude a tratar estos problemas.
Clínica de Nutrición Biodieta