Uno de cada cinco niños con alergia al huevo mantendrá su alergia en el futuro y sus reacciones serán más severas, según ha mostrado un documento de consenso publicado por la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica (SEICAP).
En este sentido, la cifra de niños que no la superan ha aumentado en los últimos años y la única opción para conseguirlo es la inducción oral a la tolerancia (ITO), una terapia que consiste en la ingesta de cantidades crecientes de manera progresiva de proteínas de este alimento.
“Los pediatras alergólogos de SEICAP son pioneros en el uso de esta técnica con la que se han alcanzado cifras de éxito de más del 80 por ciento de los casos”, ha comentado el coordinador del grupo de trabajo de alergia alimentaria de esta sociedad científica, Luis Echeverría.
En concreto, prosigue el experto, la ITO debe realizarse siempre por personal con experiencia en la técnica y con un entrenamiento de los padres y niños para que sean capaces de reconocer y tratar las reacciones adversas si se producen fuera del ámbito sanitario. Además, con esta terapia se puede conseguir una tolerancia total o parcial con disminución de síntomas en caso de trasgresiones.
“Los niños que no superan la alergia, ven afectada su calidad de vida y la de los que le rodean, ya que sus proteínas están presentes en muchos productos que forman parte de la dieta y siempre habrá riesgo de que se desarrolle una reacción alérgica. De hecho, ésta es una de las causas más comunes de la anafilaxia severa”, ha asegurado.
EL 76% DE LOS CASOS APARECE ANTES DE LOS 5 AÑOSY es que, el huevo es el alimento que más a menudo causa la alergia en los niños españoles, con un incidencia de 2,5 por ciento en los primeros 2 años de vida. En el 76 por ciento de los casos aparece antes de los 5 años, en el 12 por ciento entre los 5 y los 10 y en otro 12 por ciento entre los 10 y los 15. Además, el 16 por ciento tiene asociada otra alergia alimentaria y la prevalencia es mayor en aquellos que tienen sensibilización a la leche de vaca y en los que sufren dermatitis atópica, siendo también un factor de riesgo para el desarrollo de asma en años posteriores, según datos del informe.
La manifestación clínica de alergia al huevo está relacionada con la edad que tiene el niño y puede variar según la forma en la que se prepara: ya sea cocido, crudo, en yema o en clara, comenta el doctor Echeverría. Los síntomas generalmente son causados por la ingesta oral o por su presencia en otros alimentos como alérgeno oculto, aunque pueden también ser producidos por contacto con la piel de forma directa o indirecta (besos, caricias, juegos, y la exposición a las partículas volátiles de huevo batido).
“La mayoría de las reacciones afectan a la piel (en el 90 por ciento de los casos), después al sistema gastrointestinal (hasta el 60 por ciento) y por último al respiratorio (hasta un 40 por ciento). Entre los síntomas que suelen aparecer están el eritema, purito, urticaria, náuseas, vómitos, dolor abdominal, sibilancias o disnea y la anafilaxia”, ha explicado Echeverría.
Los principales alérgenos en la clara de huevo son el ovomucoide y la ovoalbúmina, la primera es la proteína de la clara que causa más reacciones alérgicas y su sensibilización es un claro marcador de alergia y de la intolerancia al huevo duro cocinado. Asimismo, la ovoalbúmina es la proteína más abundante en la clara, pero es más sensible al calor, con lo que pierde su capacidad alergénica después de la exposición a altas temperaturas durante el cocinado.
Por otra parte, el especialista ha destacado la importancia de que el entorno del paciente, la familia y la escuela reciban formación sobre prevención y sobre cómo gestionar las posibles reacciones adversas en los niños con alergia al huevo.
“Se debe maximizar la vigilancia sobre ellos y comprobar cuidadosamente el etiquetado de los alimentos procesados. Muchos de los productos y platos procesados que contienen este alimento se venden en los establecimientos de comida rápida, panaderías y restaurantes, donde los ingredientes no son fáciles de identificar a veces”, ha apostillado.
Del mismo modo, los pediatras alergólogos también recomiendan precaución a la hora de administrar la vacuna contra la gripe, que puede contener trazas de este alimento, y que está indicada para niños a partir de 6 meses que estén dentro de grupos de riesgo como son los asmáticos.
Entre las recomendaciones que la SEICAP incluye en su web están la contraindicación para niños con reacciones anafilácticas graves tras la administración de una dosis previa de vacuna antigripal o tras la ingesta de huevo. “En el caso de que sea necesario aplicarla, deberá hacerse previa valoración del pediatra alergólogo y en un centro hospitalario dotado de medios adecuados para atender una posible reacción”, ha zanjado Echeverría.
FUENTE: Europa Press