Los niños que llevan una alimentación desequilibrada presentan diferencias significativas respecto a los que comen adecuadamente, en cuanto a su atención y el rendimiento académico.
Un estudio publicado en The Open Nutrition Journal llevado a cabo en siete colegios de Madrid con 1101 niños con edades comprendidas entre los 3 y los 6 años, y a los que se sometió a pruebas de medición de la capacidad de atención arroja datos muy relevantes. Aquellos niños que no llevaban una alimentación balanceada presentaban unas características conductuales claras: comen de forma mas lenta, tienen mas deseo de beber, se sacian enseguida, disfrutan menos de la comida y se comportan de forma caprichosa, no solo respecto a la alimentación sino en el ámbito familiar.
Las repercusiones de esta conducta sobre los niveles de atención era clara. Los niños que comían mal tenían un nivel de atención significativamente mas bajo que aquellos que comían saludablemente y esa diferencia se incrementaba hasta en un 50% con la edad.
Es importante implantar hábitos alimenticios saludables como la mejor solución para enfrentarse a este problema. Lo lógico es que el niño coma con su familia en la misma mesa y con la misma variedad. Es importante no ceder a los caprichos del niño a la hora de comer.
FUENTE: The Open Nutrition Journal
Una mala conducta alimenticia en la infancia puede provocar problemas de atención y ocasionar un bajo rendimiento académico.