Nuestra población vive en un continuo déficit nutricional, impulsados por las modas y la obsesión de convertirnos en una imagen idealizada como perfecta, exponemos a nuestro organismo a un reiterado déficit nutricional.
En nuestra sociedad la oferta de alimentos es abundante, pero aun así, no logramos conseguir una situación alimenticia equilibrada. Suprimimos comidas, eliminamos alimentos atribuyendoles propiedades dañinas inexistentes, y todo esto sin tener en cuenta que al hacerlo reducimos el consumo de micronutrientes y con ello acortamos nuestra salud.
La falta de ejercicio es otro factor que contribuye al déficit de nutrientes, ya que al gastar poca energía derivada de la actividad, debemos restringir el consumo de alimentos para no engordar, ayudando con ello a la reducción de nutrientes.
La población debe concienciarse de la posibilidad de mejorar el componente físico sin necesidad de abandonar el habito alimenticio. El hecho de no llegar a cubrir el aporte vitamínico recomendado es algo que no preocupa a la población, quizás por el desconocimiento del riesgo que esto supone.
Sabem0s que esta practica habitual que genera el déficit de nutrientes, aumenta el riesgo de padecer ciertas enfermedades degenerativas (cataratas, osteoporosis, cáncer…).
La función cognitiva y el aprendizaje, tanto en la infancia como en la vejez, también se ven afectadas por un reducido aporte nutricional.
Clínica de Nutrición Biodieta