Procedente del norte de España, esta tapa combina dos alimentos de tradición asturiana. Destaca su contenido en selenio y hierro hemo de elevada disponibilidad y vitaminas como la niacina, que puede llegar a cubrir una cuarta parte de las ingestas recomendadas cuando se consume con una cerveza sin alcohol.
Tradicionalmente se consume con pan para untar el jugo, lo que ayuda a equilibrar el contenido de nutrientes del plato.
La armonía de una cerveza como la Lager con el chorizo es muy llamativa. Esta bebida aguanta la agresión del pimentón y el regusto ácido que deja la sidra.
FUENTE: Fundación Española de la Nutrición