Los seres humanos nacieron para correr como indican nuestros ancestros. El Homo sapiens consiguió evolucionar de los simios que vivían en los arboles para convertirse en un vigoroso atleta. Hoy en día ya no tenemos que hacer ningún tipo de actividad física exigente para conseguir comida, basta con acudir a cualquier supermercado.
Aun así, nuestra habilidad para asimilar y usar oxigeno nos hace tener una mayor capacidad metabólica que cualquiera de nuestros antepasados. Y en esta nueva era, una proteína destaca por encima de las demás: el factor neurotrofico derivado del cerebro (BDNF).
Varias investigaciones han demostrado su papel en la prevención de enfermedades. Con el ejercicio, aumenta la circulación de esta proteína y el numero de conexiones neuronales, lo que beneficia el uso de la memoria. En ratones se ha comprobado que disminuye la obesidad y la aparición de diabetes tipo 2. Juega un papel importante en trastornos psiquiátricos y neurológicos- al destacar en el cortex prefrontal- y estimula a las mitocondrias del cerebro. También actúa en la médula espinal para reducir la frecuencia cardíaca.
Hacer ejercicio, por tanto, beneficia a nuestro estado físico, aunque como ya sabemos debe ir acompañado de un dieta equilibrada.
Clínica de Nutrición Biodieta