La glucosa procedente de la comida provoca una disminución en la producción de orexinas, un tipo de proteína que, según se cree, es el encargado de mantenernos alerta. Desde el 2003 se sabe que las neuronas que producen orexinas, situadas en la región cerebral del hipotálamo, se ven afectadas por los niveles de glucosa, pero no se conocía hasta que punto, junto a la subsiguiente supresión de orexinas, interferían con la capacidad de mantenerse alerta.
En la actualidad, se ha descubierto que incluso un pequeño incremento en los niveles de glucosa en sangre limita significativamente la actividad de la neurona encargada de las orexinas, provocando adormecimiento. Esta intensa relación entre alerta y niveles de glucosa es sorprendente pero encaja en la teoría de la evolución: Seria ventajoso para los animales suprimir la tendencia al consumo energético tras la obtención de alimento, para que las calorías durasen tanto como fuera posible.
Las sustancias ricas en hidratos de carbono o grasas elevan el nivel de glucosa en sangre y fatigan mas. Los alimentos proteicos, por contra, son menos propensos a provocar dicho efecto.
Clínica de Nutrición Biodieta