Existen conocimientos en clínica que indican la acción de hormonas intestinales las cuales son liberadas durante las comidas para generar la sensación de saciedad en el cerebro.
Se realizo un estudio cuyo objetivo fue averiguar si la velocidad de la alimentación afecta a la producción de estas hormonas.
Todos los voluntarios comieron 300 ml de helado a distintas velocidades. Posteriormente, se midió siete veces a intervalos de 30 minutos su nivel de glucosa, insulina, lípidos y hormonas intestinales en sangre.
Como resultado, aquellos que comieron su helado despacio tenían mayores niveles de hormonas intestinales y se sentian mas satisfechos.
De los resultados de este estudio podemos sacar en conclusion que comer demasiado rápido disminuye la liberación de estas hormonas. Como consecuencia, la sensación de saciedad tarda en llegar, las personas comen mas y como consecuencia suelen engordar.
Este estudio arroja algo de luz sobre un aspecto del sobre-consumo del mundo moderno: las personas comen rápido por las presiones del trabajo y del estilo de vida. La vieja advertencia que nos daban de niños de que comer muy rápido nos haría engordar puede, de hecho, tener una explicación fisiológica.
Clínica de Nutrición Biodieta