En la sequia que azota el Cuerno de Africa, solo en el sur de Somalia han muerto 29.000 niños de desnutricion en los ultimos tres meses. Y aquellos que llegan a los centros de auxilio se enfrentan al problema de como volver a ingerir alimentos.
Los niños aquejados de desnutrición, a esta edad, adolecen de una clara falta de micronutrientes, minerales y vitaminas, lo que los deja con un sistema inmunitario débil y, por lo tanto, vulnerables a enfermedades.
El niño pierde peso en relación a su altura, primero con la eliminación del tejido adiposo y, luego, con la perdida de masa muscular.
En otra versión de la desnutrición infantil, el cuerpo comienza a hincharse a causa de la acumulación de liquido fuera de las células.
En cualquiera de los casos, una simple diarrea puede ocasionar el fallecimiento en estas precarias condiciones.
Lo que se hace es proporcionar pequeñas cantidades de alimento cada tres horas, durante las primeras veinticuatro del tratamiento. Y los siguientes siete días, se comienza con con una dieta que contempla pocos líquidos y pocas proteínas. El objetivo de la dieta es estabilizar el cuerpo para evitar la hipoglucemia, es decir, una bajada critica en el nivel de azúcar.
La revolución en la ayuda alimentaria viene de la mano de los suplementos nutricionales. Las leches terapéuticas que sirven para que el niño vaya recuperando peso paulatinamente y cuya conservación requiere de poco esfuerzo.
La mantequilla de maní, es el suplemento estrella, enriquecida con vitaminas y minerales. No se tiene que preparar ni cocinar. Este tratamiento implica que los niños ya no tienen que ser hospitalizados y pueden seguirlo de manera ambulatoria, durante una semana, lo que reduce su impacto psicosocial negativo.
Estos suplementos nutricionales se empezaron a utilizar en ensayos en el año 2000, en lugares como Malawi y Etiopia, pero se usan de forma generalizada desde el 2005.
El tratamiento total de un niño desnutrido viene a costar unos 60 dolares, reflexionemos sobre ello.
FUENTE: BBC