Turrones, polvorones, mazapanes, salmón ahumado, mariscos, foie, carnes y pescados elaborados, pero sobre todo dulce. Llegan las fiestas de Navidad, y con ellas los excesos y el ‘todo vale’ cuando nos sentamos a la mesa, calorías y calorías adquiridas rápidamente.
Estas fechas son de celebración y de estar en familia pero sin duda la gran protagonista es la comida. Y el cuerpo lo nota y se resiente, por eso luego llegan las promesas de fin de año: “prometo que me voy a apuntar al gimnasio”, esa es una de las clásicas pero pocos la cumplen y lo que comemos en Navidad, acaba pasando factura. Por eso lo ideal sería cuidarse antes de que llegue el momento en el que el mayor consuelo será el de “de perdidos al río”.
Es sabido por todos que hay que comer fruta y verduras en abundancia para mantenerse sano, endocrinos y médicos digestivos recomiendan comer al menos cinco piezas de fruta al día, pero desde octubre ya nos lo están poniendo difícil con los turrones de oferta. Otra de las recomendaciones de los expertos es hacer comidas graduales a lo largo del día, desayunar abundantemente, comer bien y cenar poco, como Don Quijote le aconsejó a Sancho Panza: “Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”. Pues en Navidad solemos hacer todo lo contrario, no hay medida, comemos y cenamos en abundancia, y precisamente el desayuno puede ser la comida más ‘light’ de día.
Cuidarse de forma natural
En esta época se incrementan los empachos, la acidez, las digestiones pesadas y las resacas. Por ello los especialistas recomiendan masticar despacio los alimentos, no comer en exceso, y evitar abusar de carnes y grasas. El hígado suele ser uno de los más perjudicados durante estas fiestas, por la ingesta excesiva de alcohol que se suele hacer.
Champagne, vinos y licores varios son protagonistas de las celebraciones y se suele beber mucha más cantidad que el resto del año, aún estamos a tiempo para prepararlo y además se puede hacer de formas muy naturales. Investigaciones y estudios llevados a cabo en los últimos años demuestran que en dosis adecuadas, la alcachofa es capaz de disminuir los niveles lípidos grasos y de ejercer un importante efecto hepato-protector, debido a sus propiedades antioxidantes.
También es importante una adecuada preparación física, ya no solo para el bienestar corporal sino mental, es algo totalmente psicológico pero el hacer deporte y comer sano antes de las fiestas parece que resta culpabilidad a los excesos que vendrán después. La operación bikini en verano y la puesta a punto prenavideña llenan los gimnasios, y es que no es para menos, un español engorda de 2 a 4 kilos de meda en Navidad, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Extraído de: el correo.com